viernes, 26 de septiembre de 2008

MELODÍAS DE JUSTICIA

Ayer presencié una escena de justicia real. De esa que hace que uno por dentro se sienta a gusto.

Fila de tres personas en las taquillas del metro. En primer lugar una señora muy bien vestida, y con cara de “que nadie me toque ni me mire, a ver si me van contagiar algo, ¡escoria!”. En segundo, un señor con mono de trabajo (de mecánico o similar) con cara de “son más de las ocho y aún me quedan tres cuartos de hora de trayecto en metro hasta llegar a casa”. Yo, el tercero.

La señora hace su compra y ante su falta de educación la taquillera le devuelve todo el cambio en moneda pequeña. La señora le espeta: “oiga, mire, esta cantidad de monedas ¿a qué viene?, osea, ¿no tiene cambio o qué?”. Sí, muy pija ella. La taquillera niega con la cabeza. El señor procede a comprar lo suyo, añadiendo un amigable “que tengas buen turno ¡guapa!”, a lo cual la taquillera le responde dándole el cambio en billetes y moneda grande (que evidentemente, tenía).

Yo me quedé verdaderamente estupefacto ante el poder y la magnificencia de esa taquillera. Esa taquillera, con su horquilla en forma de flor y su rebeca naranja me acababa de demostrar lo que es la justicia. La justicia de taquilla, la que se administra tras un cristal circular antibalas, no desde los estrados.

Y es que hay veces que los jueces, con su falibilidad y con la ley en la mano, dictan sentencias que arañan la conciencia de cualquiera, sentencias que indignan. En cambio es posible encontrar manifestaciones de una justicia más tangible en otros lugares, en las situaciones más cotidianas. Y así, la taquillera fue capaz de sentenciar: “no te voy a meter en la cárcel, pero si eres una maleducada, te voy a hacer la vida un poco menos agradable, japuta”.

La justicia de la comodidad. La justicia de las buenas personas. Sí, queridos míos. Una lección más en el terreno de las pequeñas cosas.


Justice.- D.A.N.C.E.

Muaaaaaaa!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y quién no ha sido alguna vez juez?

Pablo dijo...

En este caso vale, pero luego están los amargados que hacen la vida más incómoda a los clientes porque sí... y sí, me estoy refiriendo a los empleados de renfe, jejeje.

Un B.

CANALLA dijo...

jajajajajj cuanta razón tienes. todos somos jueces alguna vez como dice sísifo. de exo lo somso demasiada sveces aisssss

como decia el tio de spiderman: un gran poder conllev una gran responsabilidad

en fin:p



molaaaaa